Abdías 10-14 - "Derribados a causa de la injuria" - Serie Abdías 04
Notes
Transcript
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Estamos estudiando la serie de Abdías: Derribados por Dios.
Hasta ahora hemos visto que el pueblo edomita fue derribado por su altivez, fue derribado desde su seguridad de las riquezas, sabiduría y valentía. Pero hoy va a ser todavía mucho peor.
Los edomitas serían derribados por Dios finalmente de una forma tan severa por algo más, por la injuria contra su hermano.
Por eso esta vez quiero preguntarte:
¿Tienes rencor en tu corazón contra alguien? Puede ser con alguien de la iglesia o fuera de ella.
¿Cómo estás con este tema? ¿Hasta dónde llegaría el rencor?
¿Crees que puedes controlar las situaciones difíciles con otras personas o eres víctima de tus reacciones, pensamientos y malos deseos hacia otros?
O si miras atrás en tu vida, ¿no crees que en alguna parte de ella, ha habido daños a causa de problemas con otras personas? ¿no hay familias, hermanos de sangre, peleados, que no pueden perdonarse?
En un partido de voleyball entre iglesias, después de un alboroto a golpes, uno de los deportistas descontrolado gritaba (mientras era agarrado por varios): “te voy a matar..” - Lo sé, porque yo lo he escuchado.
A veces creemos que podemos vivir con el rencor o con el deseo del mal a otras personas, ¿pero Dios estará callado en silencio cuando nos ve en esta situación? ¿Qué pensará Dios?
¿Acaso Dios hará juicio sobre estas cosas?
Y la respuesta está en un pueblo llamado Edom, que cayó también en el rencor y luego en la vileza de sus acciones y vamos a ver lo que Dios hizo con ellos.
Vamos a ir a las Escrituras.
EXÉGESIS ABDÍAS 10-14.
EXÉGESIS ABDÍAS 10-14.
Vamos a comenzar la cuarta parte de la serie de Abdías: Derribados por Dios.
Resumen.
El pueblo de Esaú, Edom, ha recibido un anuncio de juicio inminente por parte de Dios.
Esto es el libro de Abdías.
De Jacob y Esaú vinieron dos pueblos: Israelitas y los edomitas.
Los edomitas por el rencor de Esaú, crecieron para siempre lastimar o herir al pueblo de Israel.
El pueblo de Edom se apartó del Señor y se autosustentó en sus riquezas, sabiduría y valentía.
Israel es el pueblo por el cuál iba a venir el Salvador Jesucristo.
Esto es importante. Porque todos los pueblos enemigos de Israel, no son solo enemigos de una nación, sino de la nación de la que vendrá el Salvador, y los pueblos terminan en clara oposición a los propósitos de salvación de Dios.
Israel y Edom son pueblos hermanos, pero uno de ellos “los edomitas”, no viven en temor de Jehová.
Después de aproximadamente 1200 años de vileza contra Israel, Dios decide hacer un juicio al pueblo edomita.
Abdías es el anuncio del juicio severo contra Edom, y nos ha ido diciendo el por qué.
Los versículos de hoy nos mostrarán el crimen mayor de este pueblo y el motivo de su sentencia por parte de Dios:
El versículo con el que comenzamos, nos dice el motivo:
10 Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.
"Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.”
¿Injuria?
¿Qué es lo terrible que pasó?
Injuria - violencia extrema, hechos, insultos que atentan contra la dignidad y honor.
Pero hasta ahora, Abdías no nos dijo en qué consiste la injuria, sino nos mostró el orgullo o soberbia de Edom.
Necesitamos contar que pasó:
Tenemos que irnos cientos de años antes de que se escriba Abdías para entender:
La justicia de Dios es tan grande y perfecta que antes de juzgar a Edom, hizo juicio contra Su propio pueblo Israel.
Dos pueblos se originan de los hijos de Isaac:
Jacob - Israel.
Esaú - Edom.
Dios guardaba la línea de un pueblo para la llegada de Su Salvador.
Por su soberanía y el desprecio de Esaú a la primogenitura, Jacob fue elegido por Dios para que reciba las promesas de Abraham.
Sus hijos o doce tribus, recibieron muchas promesas, entre las cuáles estaba:
Recibir tierra.
Ser una gran nación.
La llegada de un descendiente, el Salvador.
Dios fue cumpliendo cada una de sus promesas a Israel, recibieron la tierra prometida.
Después que Moisés los sacó de tierra de egipto y murió, fueron guiados por Josué en la conquista de esa tierra.
El Señor cumplía sus promesas:
43 De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella.44 Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos.45 No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.
Dios había cumplido totalmente sus promesas.
El Señor fue Fiel y les dio la tierra prometida.
Recuerda, Israel es importante, porque de esta casa tiene que venir un Salvador.
Josué ya es mayor y avanzado en años, y antes de su muerte se despide:
Realiza advertencias finales:
15 Pero así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os había dicho, también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado, 16 si traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.
El pueblo debía guardar la Ley de Dios, su pacto.
Si no lo hacen:
Serían destruidos aún en su propia tierra.
Josué es insistente en las advertencias:
19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. 20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien.
Dios Justo, celoso y Santo, consumiría a Israel si ellos se volvían a la idolatría.
Respuesta del pueblo:
24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. 25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem.
El pueblo confirmó el pacto que hizo Moisés e Israel con Dios, sabiendo de las advertencias.
¿Y sabes que pasó?
El pueblo se volvió idólatra. No guardo la Ley de Dios.
Y empieza a venir las advertencias, los problemas y el juicio:
Por eso luego del libro de Josué viene el libro de Jueces.
Jueces son libertadores a quienes Dios capacita de forma especial para liberarlos de pueblos enemigos.
Ya los pueblos enemigos empezaban a atacar a Israel.
Se empezaba a cumplir la advertencia de Josué.
Por eso tenemos 1 y 2 Reyes, porque el pueblo vive mal e Israel ignora las advertencias:
Los reyes muestran su decadencia así como la decadencia del pueblo a causa de la idolatría y de ignorar las advertencias de Josué.
Todo empieza a empeorar:
Por eso tenemos profetas (en el tiempo de los reyes), libros de profecía:
Vienen mensajes de Dios al pueblo por sus profetas anunciando la transgresión al pacto de Dios y el juicio de destrucción a Israel y a las naciones impías.
Y el pueblo sigue sin reaccionar a las advertencias de Josué.
Finalmente, viene el juicio de Dios sobre Israel como lo anunció.
Los Babilonios de Nabucodonosor llegan a la tierra de Israel y la arrasan y destrozan, y se llevan al pueblo de Israel preso, cautivo, tal como lo dijo Josué.
Por eso tenemos el libro de Lamentaciones, porque es el quebranto de la destrucción que vino al no haber oído la advertencia de Josué.
1 ¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, La señora de provincias ha sido hecha tributaria.
Así inicia el libro de Lamentaciones.
El gran lamento por destrucción al haber ignorado la advertencia de Josué.
7 Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída. 8 Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida; Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; Y ella suspira, y se vuelve atrás.
Jerusalén fue destruida y su gente tomada presa, al cautiverio, por no haber guardado la Palabra de Dios.
¡Qué triste todo esto, ante tantas advertencias!
¿Qué tiene que ver esto con el libro de Abdías o con el pueblo de Edom?
Y la respuesta está en el momento del juicio:
Un poquito antes de Lamentaciones:
El juicio de Dios vino a Israel:
1 Aconteció a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió, y levantó torres contra ella alrededor. 2 Y estuvo la ciudad sitiada hasta el año undécimo del rey Sedequías. 3 A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra. 4 Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y el rey se fue por el camino del Arabá. 5 Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, habiendo sido dispersado todo su ejército.
6 Preso, pues, el rey, le trajeron al rey de Babilonia en Ribla, y pronunciaron contra él sentencia. 7 Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. 8 En el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. 9 Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego. 10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalén. 11 Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia, y a los que habían quedado de la gente común, los llevó cautivos Nabuzaradán, capitán de la guardia.
Este fue uno de los hechos más tristes en la historia de Israel.
Dios había hecho juicio sobre Israel, la advertencia de Josué.
Y de nuevo:
¿Qué tiene que ver todo esto con el Libro de Abdías o el pueblo de Edom?
El momento que Dios juzgó a Israel, había un tercer personaje que no muestra 2 Reyes, pero sí Abdías: El pueblo de Edom.
Así que podemos comprender mejor ahora Abdías 10:
10 Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.
“Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.”
¿Cuál es la injuria?
Cuando vino la destrucción a Israel por su pecado, su pueblo hermano Edom estuvo ahí presente e hizo cosas sumamente terribles.
No escaparon estas cosas a los ojos de Dios.
Ahora Dios va a revelar por el profeta Abdías, lo que pasó aquel día:
11 El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.
“El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército,..”
Los edomitas estaban ahí.
Su pueblo hermano.
Mientras eran tomados los hijos de Israel, ellos miraban.
¡Pero Dios los miraba a ellos!
“..y extraños entraban por sus puertas,..”
Vinieron los caldeos o babilonios a destruir a Israel, Jerusalén, y sus hermanos estaban mirando.
“..y echaban suertes sobre Jerusalén,..”
Los invasores aún buscaban oráculos de sus dioses para entrar a Jerusalén.
Sobre la tierra de Dios Santo.
Pero lo triste:
“..tú también eras como uno de ellos.”
Los hijos de Isaac, Esaú, los edomitas, participaban de la destrucción de su hermano Jacob o Israel.
Se comportaban como si fuesen extraños arrasando a Jerusalén.
El gran rencor del pueblo Edomita, había llevado a ser despiadados con su hermano.
¿Recuerdas el versículo del rencor edomita?
11 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor.
Dios sí juzga, las relaciones de afecto natural entre hermanos.
Por fin los edomitas habían encontrado una oportunidad para llevar la espada hacia su hermano Israel.
Pero los edomitas, no se dan cuenta que los ojos de Dios están sobre ellos:
Si Dios hizo juicio sobre Israel su propio pueblo, ¿No deberían temer más los otros pueblos?
Y ahora, empieza la lista de situaciones horrendas y despiadadas de Edom:
12 Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.
“Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio;..”
¿Sabes lo que demanda el carácter moral de Dios?
Edom debía haber tenido misericordia con el pueblo de Israel.
Dios espera que no haya deseo de espada entre hermanos.
“..no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron,..”
Los edomitas no solo miraban:
¡Se deleitaban de la destrucción de Israel mientras el pueblo de Israel padecía!
El Salmo 137 ha capturado el lamento de los israelitas cuando fueron llevados por los babilonios en su destrucción.
1 Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion. 2 Sobre los sauces en medio de ella Colgamos nuestras arpas. 3 Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion. 4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños?
Israel está sufriendo mucho.
¿Y sabes qué dice este Salmo de gran dolor sobre los edomitas?
7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos.
Los edomitas, no solamente miraban, sino que se deleitaban en el mal que vino a Israel.
¡Gritaban por la destrucción de su hermano pueblo Israel!
Finaliza la última parte de este versículo de Abdías:
“..ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.”
El orgullo de los edomitas, había convencido a ese pueblo de que ellos estaban seguros.
Se sentían seguros.
¿Recuerdas el anterior estudio? Seguros de sus riquezas, sabiduría, valentía.
Tienen una boca muy grande para gozarse de la destrucción de Israel.
En su rencor, no ven el cuadro más grande: Están contra los planes de Salvación de Dios que lleva al Señor Jesucristo.
¡Recuerda el tema de las dos simientes!
Los edomitas en vez de tener misericordia, se van a aprovechar de la caída de su hermano:
13 No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.
"No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento;..”
El rencor de Edom les llevó a poner la mano sobre su pueblo hermano.
¡Ya no eran solo los caldeos o babilonios!, sino ahora los edomitas también cruzarían la puerta hacia Jerusalén!
Edom es muy valiente para entrar a Jerusalén que ha sido derrotado.
¡Qué desafío más grande a Dios! ¡Violan el carácter moral de Dios y sus planes de salvación!
Israel no era su pueblo enemigo, venían del mismo padre Isaac pero eran presas del rencor que puede llevar a convertirte en un asesino!
“..no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.”
Los habían saqueado!
No se compadecen del sufrimiento humano, sino que pueden aprovecharse de ello.
Los edomitas ingresan a Jerusalén a robar todo lo que pueden de su pueblo hermano.
Dios hizo juicio contra Israel, los edomitas aprovechan su caída para ser despiadados con ellos.
¡Eso es injuria!
Pero aún lo peor estaba por pasar:
14 Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.
“Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen;..”
Ya no solo era burlarse de Israel, ni robarles, sino también sacar la espada contra ellos.
Los que corrían por sus vidas, no encontraron en Edom su hermano, quienes pudieran protegerlos de la muerte, sino que a los que escapaban ellos los mataban.
No tienen consciencia de la deshonra al Señor.
El primer asesinato de la historia, estaba marcado por un corazón totalmente entenebrecido.
Fue el primer acto de perversión total contra un hermano.
Caín mató a Abel su hermano de sangre. Dios no dejó esperar su castigo contra Caín.
Edom mataba a los israelitas, sus hermanos de sangre. Dios no dejaría pasar su castigo.
“..ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.”
A los que no alcanzaban a matar, los entregaban al enemigo, para su destrucción.
El rey Sedequías, último rey de Israel, no escuchó al profeta Jeremías, sino que aceleró la destrucción de Israel.
Escapaba de la destrucción, fue capturado por los caldeos, y mataron a sus hijos delante suyo, y para que fuese lo último que tenga en su recuerdo le quitaron los ojos.
Habiendo hecho esto con el mal rey Sedequías, imagina lo que hacían con los varones que capturaban e imagina lo que hacían con las mujeres que capturaban.
Los edomitas negaron toda la ayuda, sino entregaron a manos de los caldeos a quienes intentaban escapar.
Caín pensó que Dios no vería su mal, pero Dios exigió cuentas de la sangre derramada.
Sucedió lo mismo con Edom:
El profeta Joel registró el juicio:
19 Egipto será destruido, y Edom será vuelto en desierto asolado, por la injuria hecha a los hijos de Judá; porque derramaron en su tierra sangre inocente.
Mataron a sus propios hermanos.
El profeta Ezequiel también registró el juicio:
12 Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los devoremos. 13 Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo oí. 14 Así ha dicho Jehová el Señor: Para que toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación. 15 Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti; asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy Jehová.
La injuria de Edom contra su hermano, que los llevó a oponerse al plan general de salvación que había en Israel, los llevó a su propia destrucción y juicio de Dios.
MEDITEMOS EN LA PALABRA
MEDITEMOS EN LA PALABRA
Que escenas más tristes entre hermanos.
Pero ¿Crees que estamos fuera de esto?
Recuerdas las preguntas del inicio: ¿Cómo estás en tu corazón con el tema del rencor?
¿Ya has sanado? o ¿Hay algo que te está consumiendo?
Los principios que encontramos en esta porción de las Escrituras revelan el carácter moral de Dios:
Dios se indigna grandemente cuando hay corazones rencorosos entre hermanos y entonces actitudes de menosprecio y vileza.
Dios se indigna grandemente cuando hay corazones rencorosos entre hermanos y entonces actitudes de menosprecio y vileza.
Aunque Israel y Edom no son hermanos espiritualmente, no comparten la fe, son hermanos de sangre. ¡Dios sí toma en serio la relación humana entre las personas!
Hermanos que pueden pelearse por herencia, matarse por ella.
Hermanos o hermanas que nunca más pueden volverse a hablar.
Rencor que nunca puede ser superado.
¿Sabes que el Señor Creador sí está indignado por esto que está en tu corazón y que crees que no puedes perdonar o no puedes pedir perdón o arreglar las cosas con tu hermano?
Y también a hermanos espirituales:
¿Cómo puede haber desprecio entre hermanos cuando hay una misma herencia espiritual?
Dentro del cuerpo del Señor o Iglesia no debería haber esto.
Y no todos vamos a pensar igual en muchos temas, pero el rencor no es una opción en el creyente.
¡Dios hace juicio y Dios SÍ va a derribar a los que tengan actitudes de menosprecio en contra de otras personas en sus corazones!
20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Mucho cuidado con la “injuria” contra tu hermano.
Dios detesta el deleitarse en el mal. Él hará juicio.
Dios detesta el deleitarse en el mal. Él hará juicio.
No debemos deleitarnos en el mal o el deseo de mal para nadie.
ÉL ES JUEZ, no nosotros. Edom se equivocó con esto. Pensó aprovechar el juicio de Dios pero se olvidó que ellos también estaban bajo la mira del Creador.
¡Cuántas veces miramos a otras personas con ojos del fariseo, que se siente justificado ante Dios, pero no nos damos cuenta que nosotros también necesitamos pedir perdón al Señor!
Como algunos ejemplos de deleitarse en el mal, que a veces no nos damos cuenta:
Hay muy malos presidentes o expresidentes en nuestro país y en todo el mundo.
No se pide o no se espera por su destrucción. Porque es ignorar que tú también mereces una por tu pecado.
Cuando empiezas a ver el pecado de otros como grandes y los tuyos pequeños, tienes serios y muy serios problemas.
Hay personas que tal vez nos han lastimado o han destruido tal vez nuestras familias.
Es triste lo que sucedió, pero no pidas o no desees en tu corazón la destrucción de esa persona, sino ruega por su salvación.
¿No te das cuenta que Dios es realmente Santo y espera Santidad en nosotros?
Hay hermanos o hermanas que han caído o que pueden caer en disciplina.
¡Jamás los mires con desprecio! No vayamos a ser nosotros los siguientes, pero sobre todo, esto ofende grandemente al Señor.
Se levanta al caído.
Puede haber conflictos entre hermanos, busca solucionarlos antes de que estos lleguen a escalas mayores o escalas legales.
1 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? 4 Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? 5 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, 6 sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?
Algunos ejemplos más:
Hay personas que han tenido situaciones tormentosas, pasados difíciles, que Dios los ha limpiado, ¿por qué miraremos mal a nuestro hermano que comparte la herencia espiritual con nosotros?
No desatemos la disciplina de Dios sobre nuestras vidas, que Él si lo va a utilizar.
Hay personas, en tema de naciones, que desean la destrucción contra otra.
Por el tema del mar, por el tema político y otros.
No caigamos en el error de Edom.
Hay una lección más en este pasaje. Es lo más maravilloso de todo:
El Señor es Fiel a Sus promesas, que a pesar de la tragedia del pecado humano, Él ha enviado a Su Salvador.
El Señor es Fiel a Sus promesas, que a pesar de la tragedia del pecado humano, Él ha enviado a Su Salvador.
Ni Edom, ni Israel, ni nosotros somos buenos.
Si fuese por el hombre, no hubiese salvación.
¡PERO QUE BUENO ES DIOS!
¿Recuerdas la advertencia de Josué?
El hombre ha fallado. Siempre trae juicio.
Dijimos:
Por eso tenemos el libro de Jueces, porque es el inicio de las consecuencias de la desobediencia e idolatría y se requiere la intervención de los libertadores o jueces.
Por eso tenemos los libros de los reyes, porque inicia la decadencia del pueblo.
Por eso tenemos los profetas, porque inicia la advertencia del juicio inminente.
Por eso tenemos Lamentaciones, porque es el llanto de la destrucción de Jerusalén.
Pero DIOS es tan bueno, que por eso tenemos el libro de Mateo y los evangelios:
Porque ÉL HA SIDO FIEL y a pesar del gran mal humano y del fracaso de Israel y otros pueblos, ÉL HA SIDO FIEL PARA CUMPLIR SU NUEVO PACTO Y ENVIAR A SU HIJO POR AMOR A NOSOTROS.
Y no solo eso, sino que nos abre las puertas a la eternidad y al Reino eterno de Cristo, donde nosotros podremos estar con Él eternamente. ¡Por eso tenemos el Libro de Apocalipsis!
¡Que maravilloso es Dios!
¡Su amor es tan grande!
¡Su gracia es preciosa!
Sí deberíamos rendirnos por completo a nuestro buen Dios.
¿No te conmueve su amor y su gracia?
Él Dios celoso, fuerte, de Juicio, también es de Misericordia, y es SANTO y nos ha amado de tal forma, que el juicio hecho antes a Israel y a Edom, no nos ha tocado a nosotros.
Hoy, podemos oír su llamado, pero también su advertencia, y nos está llamando a poner nuestra fe en el Señor Jesucristo, arrepentirnos de nuestros pecados, y entonces, empezar a vivir vidas distintas, porque Él te habrá hecho una nueva criatura.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
El pueblo de Edom cayó por su injuria contra su hermano, y nosotros tenemos hoy la oportunidad de amar a nuestros hermanos, pedir perdón, perdonar, sabiendo que hemos sido perdonados de mayores males, de nuestros propios males, por nuestro Señor Jesucristo, que llevó en su propio cuerpo las culpas de nuestros pecados.
El pueblo edomita intentó matar a su hermano, intentó oponerse a los planes de Salvación. No hagamos lo mismo, no nos llenemos nuestro corazón de rencor, pero sobre todo, en vez de oponernos a sus planes de salvación, rindámonos a nuestro Señor Jesucristo, nuestro Dios de Salvación.
Aún en el lamento de Israel, hubo esperanza, porque esa esperanza estaba puesta en la llegada del mesías Salvador por la fidelidad de Dios. Esto es lo que dice LAMENTACIONES, en medio del dolor:
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Vamos a orar.